Las alfombras chinas, han sido el gran descubrimiento de finales del siglo XX.
Las alfombras chinas de hecho han existido desde hace muchos siglos , se identificaban con piezas de nudos gruesos, motivos florales de gran tamaño, con algo de relieve y colores pastel. Todo seguía así hasta que unos turcos decidieron probar a hacer sus famosas alfombras de seda natural en China, y allí comenzó la revolución. Los chinos se convirtieron en poco tiempo en productores de alfombras soberbias superando al original. Y no sólo de seda sino de lana. Grandes casas de Estados Unidos y firmas de moda encargan “producciones” a fabricas muy especializadas. Y es muy difícil tener acceso a esas alfombras.
Pero al mismo tiempo de esta evolución ultrarápida en la calidad de las alfombras de origen chino también apareció la aplicación de la lógica china. Se calculan los costes al milímetro, y si un grupo de artesanos tan refinados rinde tantos yuanes por hora de trabajo, y sin embargo haciendo calzado rinde mucho más, la factoría se desmantela en cuestión de días, y sin saber cómo , aquel fabuloso mayorista desaparecía del mapa
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