martes, 7 de octubre de 2014

EL Éxito


Cuando uno se metió en este negocio, pensó en él como una empresa con un proceder y ser único. Las circunstancias me hicieron replantearme la forma del mismo. Los tiempos han cambiado una barbaridad y la escala de valores también. Tenemos una extraña facilidad para soltar frases de aparente calado sin llegar a pensar en ellas. Y la penúltima frase es un ejemplo. Hoy en día nada se parece a lo que era hace 20 años en el tema de las alfombras. Y he aquí una explicacion.

  1. Antaño, el mercader de alfombras iba al origen, conocía a los proveedores, y éstos le enseñaban la mercancía, lo elegías y tras unos meses, ésta llegaba y pasaba por dos pruebas: La aduana y unos impuestos terribles, y el comprobar que todo lo comprado y anotado en papel, llegaba (con suerte era mecanografiado). El romanticismo quedaba para los viajeros europeos que narraban como en un burro habían alcanzado una aldea que producía unos tejidos maravillosos...Tonterías. 
  2. El paso intermedio fue cuando comenzaron a aparecer empresas mayoristas en Europa. Éstas en su gran mayoría era de capital Iraní, Afghano, e incluso turco. Se establecieron sobre todo en Hamburgo, Alemania, en la zona Franca, pero también habían grandes almacenes en Suiza e Inglaterra. Fue una revolución, porque ahora podías elegir la mercancía aquí "al lado", y por un pequeño sobrecoste te llegaba en 15 días. El problema fue que apareció el Euro. E Internet.
  3. De repente todo el mundo se hizo rico y la demanda se disparó. Además ahora se disponía de una divisa potente, medios de transporte increíbles y unas aduanas laxas en muchos casos. Pero fue entonces cuando la picaresca se disparó en el sector. Fue y es en muchos sentidos la época de las "subastas", alfombras de diseño. Muchísima frusilería y gente dispuesta a pagar por lo que no conoce. Y lobos con piel de cordero. 
  4. En invento del siglo XXI es más viejo que la Tos, dar gato por liebre, aunque el gato sea extraordinariamente bello. Y con un envoltorio único, fotos irreales y de una calidad que echa para atrás. Pero irreales al fin y al cabo. Es como las televisiones planas. Cada 18 meses hay algo nuevo y esa maravilla que tenemos en casa no sirve...