sábado, 20 de noviembre de 2010

Impresiones sobre el "Tufting"

Impresiones sobre las “hand-tufted”

Francamente, cuando ví las primeras alfombras confeccionadas por el método del “tufting” pensé que eso no podía tener futuro. Sus diseños, siendo bonitos no dejaban de ser “modernidades”, barnizadas con adjetivos de “contemporáneas”, “actuales” para un público “joven”. Desde mi perspectiva el hecho de no poder definir más el dibujo restaba bastante gracia al producto, pero tres factores eran –y son- los que más me echan para tras:

1. Se utilizan colas y pegamentos para fijar el pelo. Eso con el tiempo se descompone con todas sus consecuencias (aparecen resinas en el suelo –sobre cerámica no pasa nada- pero sobre parquet ya es otra historia

2. Son muy difíciles de manejar por cuanto peso, y sobre todo de lavar. Sólo se pueden lavar en seco, con resultados inciertos y mojarlas es cuasi garantía de acartonamiento.

3. Al no estar anudado, el pelo se suele ir soltando, con lo que la pelusa siempre está presente, y al ser piezas de gran peso, pues cuanto más se usa, más suciedad produce.

Se suele argumentar que son alfombras que tiene a su favor que todo lo moderno o contemporáneo suele ser efímero y que deshacerse de ellas una vez uno se ha cansado no es tan difícil puesto que no son alfombras “caras”.

¿Cómo se determina el precio de una alfombra “bonita” y realizada en lana? (no hablo de alfombras de tufting realizada en materiales sintéticos y en masa, que se puede encontrar en grandes superficies). El proceso es más o menos así:

Precio= lana de baja o mediana calidad + materiales de encolado/latéx d emás o menos calidad + transporte urgente desde origen + royalties a pagar a autor (hay mucho “diseñador” ) + marketing que acompaña a estas piezas. Son muchos factores y es fácil deducir que lo que más impacta en el precio son las dos últimas variantes (el transporte urgente cuenta también).

Basta para comprobar lo dicho echar un vistazo a las colecciones de firmas conocidas: catálogos cuidadísimos, fotos espectaculares y colecciones que cambían cada año (eso ya da una pista). Algunas de las firmas son conocidísimas Nani Marquina, Gandía Blasco, La alpujarreña. También hay diseñadores que se meten a esto Agata Ruiz de la Prada, Vitorio y Luchino, con resultados desiguales (aunque los gabinetes de prensa siempre hablen de “éxito espectacular”).

Yo, en mi modestía no suelo recomendarlas a menos que uno piense en cambiar la decoración cada tres ó cuatro años….

Podéis ver en este enlace de youtube una demostración de cómo se hace

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